¡Ha comenzado el MUNDIAL DE FUTBOL!
Con mayúsculas.
Es tiempo de felicidad.
Por fin podremos pasar horas y horas, frente a la tele, viendo a 22 hombres correr tras un balón y desatar nuestras pasiones, anhelos, frustraciones, deseos y esperanzas.
Menos mal.
Nos podremos alegrar viendo a nuestra selección favorita ganar, meter goles, hacer faltas, córners y, demás filigranas futbolísticas.
Y nos alegraremos, si gana, casi más que ellos, cuando “ellos” van a cobrar 720.000 euros por cabeza.
Mientras, España es el país que más índice de parados tiene de la comunidad europea.
Así son las cosas.
Por unos días, no sé cuantos, nos olvidaremos de la crisis, de la falta de recursos, de los desalojos, de las guerras, del hambre, del paro y de las penurias.
Benditos aquellos que nos organizan estas fiestas para que nos olvidemos de todo y seamos felices. ¡Benditos sean!
Y benditos, cambiando de tema, todos aquellos que nos siguieron en Canarias.
A los que vinieron a vernos al casino a hacer el programa y, a los que compartieron con nosotros el congreso del misterio en las Palmas de Gran Canaria.
Gracias, seguro que no fueron momentos tan felices como los del futbol, pero nos sirvieron para abrazarnos, y mucho, para reconocernos, para compartir.
Gracias.
Ya ha pasado el 40 de Mayo, así que ya nos podemos quitar el sayo. Otro motivo de felicidad.
Nunca faltan motivos para serlo.
Nosotros, esta semana, preparamos maleta y, nos vamos a las pirámides de Egipto, a recibir los primeros rayos del sol de este verano que ya se anuncia.
Dicen que son poderosos.
Y trataremos de ser felices, lejos del mundanal ruido, en el desierto blanco, o en el templo de Luxor, junto a Dioses antiguos, olvidados, pero que, aún tienen algo que decir.
Esa es la clave esta semana.
A ser felices. Hoy y siempre, aunque no nos guste el futbol.
Feliz semana.
Miguel Blanco.
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