Ya huele a primavera. ¿Lo sentís?
Llega el tiempo de la siembra, de poner en la tierra, regada
en abundancia por los cielos, esas semillas que deseamos que
fructifiquen para el nuevo tiempo de la cosecha que ya se
acerca.
Nos hemos alejado tanto de la naturaleza, de la vida, que ya
ni nos acordamos, que todo lo necesario, nos llega, como un
regalo, de la tierra, de la madre que nos sustenta.
Pensamos, que las lechugas, tomates, verduras, frutas,
nuestros alimentos básicos, crecen en los supermercados.
Y este tiempo nuevo, ese que se repite cada año, sin cesar,
en un ciclo eterno, como una enseñanza perpetua, nos invita
a volver a recuperar el sentido de nuestras vidas. Ese que
nos religa con la tierra, con lo sagrado, con lo auténtico.
Esa es la invitación de estos días, en los que la vida,
huele a primavera.
Ajeno a todo ello, el mundo sigue girando a nuestro
alrededor y continua el bombardeo, en los medios de
comunicación, de la crisis, de los tejes manejes de los
políticos, de las corruptelas, de la falta de equidad.
Siguen metiéndonos el miedo, la desazón en nuestra alma.
Menos mal que el nuevo Papa, Francisco, se atreve a decir,
que la ternura es importante en nuestro mundo. Que la
Iglesia, que todos nosotros, hemos de volver nuestra mirada
hacia los pobres, esos que siguen sufriendo en nuestro
mundo.
Una mirada llena de ternura hacia ellos, seria una de las
flores que ya están naciendo en nuestros campos.
¡Ojalá, algún día, la ternura, gobierne nuestro mundo!
Por nuestra parte, ya estamos preparando la maleta para
salir de viaje a “Tierra Santa”.
El Presidente de EEUU, acaba de pasar por allí y, seguiremos
sus huellas por Palestina, Israel y Jordania.
Será una semana intensa, llena de reencuentros con amigos y
gente de la familia por aquellas tierras.
Os deseo una feliz semana, en la que su verdadero sentido,
el del renacimiento de la luz, guíe los pasos.
Ahora os dejamos, hemos de ir al huerto a plantar las nuevas
semillas de este año.
Feliz semana. Y disfrutad del nuevo tiempo que se acerca.
El sol vuelve a brillar y a calentar nuestras vidas.
! Ya lo decían los Mayas!.
Miguel Blanco.
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