Comienza el verano. Llega uno de los momentos mágicos del
año. El del solsticio de verano.
Y con él, la noche de San Juan, el momento en el que se
abren las puertas del más allá.
La luna, casi llena, ilumina nuestros cielos y, es un
momento importante para tomar conciencia de nuestra unión
con la naturaleza.
El sol brilla en lo más alto y, asistimos al día mas largo
del año.
En muchos lugares lo celebran con hogueras, para animar al
astro rey para que siga iluminando los cielos.
Es el momento de salir al campo a recoger las hierbas
mágicas y el de activar nuestros cristales de poder.
Es un instante único, en el que todo lo esencial del
universo se encuentra con la tierra, uniéndose a ella. Es el
intervalo sagrado en el que podemos descubrir que, también
nosotros somos: seres mágicos.
Por nuestra parte lo celebraremos preparando la hoguera
simbólica, esa que nos servirá para quemar todo lo que nos
retrasa, todo lo que nos impide seguir camino.
Es un momento único que debemos celebrar con la alegría de
tener como aliados a la luz.
Esa luz que ahora brilla intensamente sobre nuestras
cabezas.
Y eso haremos.
Para después seguir camino hacia la tierra de los faraones,
donde, unidos a un grupo de compañeros, seguiremos con las
celebraciones aprovechando el poder del sagrado río Nilo y
de los templos de sus orillas, para terminar en el interior
de la Gran Pirámide.
Que esta luz que nos rodea, nos sirva de guía, mostrando el
correcto camino a seguir.
Que se disipen las sombras y esas las tinieblas, en las que,
algunos humanos, pretenden sumirnos.
Ojala así sea, y sepamos aprovechar el momento mágico que se
esta viviendo en los cielos, invitándonos a participar
también de él, como si de una danza sagrada se tratará.
Feliz baile cósmico.
Nos vamos a preparar la leña para la hoguera purificadora y,
de paso, a hacer las maletas.
Nuevos caminos nos esperan.
Feliz semana.
Miguel Blanco.
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