Acabamos de regresar de Egipto con la sensación de haber
vivido, una vez más, algo único.
Hace unas horas, tras el anuncio de que el ejercito se hacia
con el poder en el país, fuimos participes de uno de los
momentos mas intensos que hayamos vivido en muchos años…
Transcurrieron unos pocos minutos del anuncio de la noticia
en la televisión y, todo el pueblo, -según algunas crónicas
más de 30 millones de personas-, se lanzaron a las calles,
llenándolo todo de alegría.
Banderas al aire, gritos de júbilo, calles cortadas. Allí
estaban todos, familias enteras, jóvenes y ancianos,
celebraban “el golpe de estado del ejercito”, que no era
vivido como tal allí, sino como una liberación de aquellos
políticos que no cumplen con sus promesas.
La historia se iniciaba tres días antes…
El domingo 30 de Junio.
Se cumplía un año de poder de Mursi y de los hermanos
musulmanes.
Se habían hecho muchas promesas y, el país, se sumía, poco a
poco en un caos, y las palabras dadas, no se cumplían.
Y se dio un plazo.
El peligro de una guerra civil crecía en las calles, en los
pueblos.
Pero la gente de a pie reaccionó y se lanzó a las plazas a
protestar…
Y la plaza Tahrir, donde estuvimos, se lleno de voces, y os
juro… hacia mucho tiempo que no me emocionaba tanto al
sentir sus gritos de libertad, sus manos alzadas, sus
“bienvenido a esta segunda revolución”, sus sonrisas, sus
ojos llenos de vida…
Ellos nos han dado el ejemplo -de que se puede-, de que las
gentes sencillas pueden alzar su voz, y obligar a los
políticos que no cumplen, a marcharse…
“No tenemos miedo”, me decía un anciano en la plaza,
mientras me abrazaba... “Queremos ser libres y vivir en
paz”.
¡Cuanta fuerza, cuanta vida había en todos aquellos seres¡…
Ya en España compruebo como cambian las informaciones de lo
que ocurre en realidad… Como las cosas que se dicen aquí, en
los informativos, no corresponden con la verdad de lo que
allí esta sucediendo.
Pero hay que ser políticamente correcto… y ciertas cosas no
conviene que las contemos como han sucedido en realidad.
Aquellos gritos, toda aquella marea humana, acabo echando a
los que no habían cumplido con sus promesas.
“Si hemos echado a Mubarak, podemos expulsar a cualquier
político que no cumpla con el pueblo” - me decían en las
calles.
Y yo, que no lo creía, he comprobado que es posible, que es
real.
El poder del pueblo lo consigue todo.
Hemos dejado a tras a nuestra familia Egipcia, y esos
millones de seres que luchan por ser libres y por devolver
al país del Nilo, las sonrisas perdidas y las esperanzas…
Ellos nos han devuelto la fe y la esperanza de que podemos
cambiar las cosas, si queremos.
Los dejamos, una vez mas, con gratitud y con el deseo de que
logren sus deseos.
De paso damos las gracias a todo ese grupo de almas que nos
acompañaron en este viaje, compartiendo sensaciones,
momentos mágicos, emociones y sentimientos.
Gracias. Ha sido hermoso compartir este tiempo juntos.
Y por si queréis ver algunas de las fotos del comienzo del
viaje, con el grupo que nos acompañó, ahí va un enlace:
http://cesarms19.wix.com/egipto2013
Pero la vida sigue, y de vuelta al mundo- que llaman real-
nos encontramos con un nuevo EGM. Y esta vez, nos dice que
hemos bajado en audiencia.
En fin… un misterio mas para desentrañar.
Y como no queremos que la magia que hemos traído del país de
los faraones desaparezca con esas noticias de este mundo, lo
dejamos aparcado ahí, en un rincón de esto, que llaman
realidad.
Y nos quedamos con la frase, producto de unos pocos jóvenes
inconformistas y, que inicio toda esta nueva revolución en
el Cairo, encendiendo el corazón de millones de
compatriotas:
I AM REBEL
Somos rebeldes y queremos seguir por el camino del corazón,
de los sentimientos, de la ternura y de la bondad, creyendo
que aun es posible.
Ellos, en Egipto, han dado un paso para conseguirlo. Y hoy
son el ejemplo, aunque muchos no quieran enseñárnoslo.
La revolución silenciosa sigue en marcha.
Buena semana a todos…
Miguel Blanco.
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