La naturaleza ha vuelto a hacerse sentir.
Esta vez en las costas de las islas de Filipinas.
Volvemos, una vez más, a vivir historias desgarradoras de
pérdida y supervivencia.
Niños caminando solos buscando a sus padres desaparecidos,
así como familias enteras que desaparecieron, son algunas de
las historias más trágicas.
El tifón Haiyan que tocó tierra el fin de semana en Vietnam
y China ha sembrado a su paso por Filipinas muerte y
destrucción y al menos 10 mil personas han perdido la vida,
según las autoridades locales de la isla filipina de Leyte.
Y, cabe preguntarnos ¿por qué suceden estas cosas?.
¿La naturaleza que quiere hacernos saber que andamos por
malos caminos?
Me sorprendió, en mi último viaje a Asia, en Vietnam,
concretamente, el grado de contaminación de sus ciudades.
La cantidad de tráfico, las miles de motos, hacían
asfixiante el aire que se respiraba.
Los ríos, el Mekong, por donde anduvimos navegando, estaba
lleno de suciedad hasta límites insospechados.
Y no sólo ocurre en Vietnam.
Las ciudades chinas poseen los límites de contaminación más
elevados que uno pueda imaginar.
Hasta niveles que hacen irrespirable sus aires.
Y… no hacemos nada.
Quizás, la naturaleza se tome, de vez en cuando, la
licencia, de hacerse notar y, estos sean avisos del mal
camino que hemos tomado, al dar la espalda a la madre que
nos sustenta.
O quizás, sea un ejemplo para que no olvidemos, que en este
mundo, existe mucha injusticia aun y, que son millones, los
seres que siguen sufriendo el horror de la miseria, de la
falta de comida, de sustento, de… lo mínimo para vivir como
seres humanos dignos.
Y, ¿os habéis fijado? Casi siempre suceden estas desgracias
cerca de la Navidad.
A lo mejor es para darnos la oportunidad de sentir la
solidaridad en nuestras almas.
Quedémonos con eso.
Con el ejemplo de la naturaleza, siempre sabia, y de la
oportunidad de poder dar un poco de lo mucho que a nosotros
nos sobra, para ayudar a esos millones que no tienen nada.
Ahora es el momento de practicar un poco de solidaridad.
Y no cerremos los ojos a esa realidad, demasiado evidente
aunque no queramos verla.
Feliz semana.
Y demos gracias por todo lo que tenemos.
Todo eso que la vida nos regala a cada instante.
Miguel Blanco.
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