sábado, 4 de octubre de 2014

África


He estado muchas veces en el continente africano.
Desde que comencé a viajar lo he visitado en multitud de ocasiones.
He estado en Egipto, en Marruecos, en Argelia, en Túnez, en Libia, en Mauritania, en Mali, en Senegal, en Tanzania, en Zanzíbar… y en más lugares que no recuerdo ya casi.
Y la verdad es que siempre que he estado en esas tierras, me he encontrado con seres especiales, desde la amabilidad y hospitalidad árabe, hasta la magia y grandiosidad de los pueblos de color.
Siempre ha sido una experiencia muy especial estar con ellos.
Siempre he sido recibido con calor, cariño y, me han dado mucho más de lo que yo les podía aportar, cuando íbamos en misiones de ayuda humanitaria.
África siempre ha sido, el continente olvidado. Desde que las potencias coloniales se lo repartieran, hace siglos, siempre ha sido un lugar olvidado, desconocido. Explotado, dividido sin miramientos, repartido para aprovechar sus recursos. Sin pensar en los pobladores, en sus gentes.
Y ahora, África vuelve a estar de actualidad en estos días, por esa plaga del ébola que comienza a asolar algunos de sus países.
Las noticias, de vez en cuando, nos recuerdan que África, también existe.
Y cuando las escucho, entre los sollozos de los que no tienen nada, me viene a la memoria algo que ya decían los conspiranoicos en los lejanos años 80 del pasado siglo.
Según comentaban, había todo un plan para hacer de África, el continente reserva de la humanidad.
En el caso de llenar de basura, el llamado mundo civilizado, África seria la reserva para la humanidad selecta.
Pero había un problema.
Sobraban 100 millones de habitantes. Sobre todo los de color.
Y según cuentan, se aprobó un plan para deshacerse de ellos.
Y comenzaron extrañas enfermedades en sus tierras. El sida… la malaria, la enfermedad del sueño y muchas otras. Sin olvidar las constantes hambrunas que les acosan y diezman.
A lo que ahora hay que sumar el ébola. ¿No os parece extraño?
No sé si, esas extrañas enfermedades y las hambrunas, se habrán llevado ya a cien millones de seres, sería muy preocupante que así fuera.
Pero… da que pensar que les suceda a ellos… ¿ No creeis?
Aunque, como las enfermedades no tienen fronteras, algunas se escapan y saltan a nuestro mundo civilizado. Y… entonces nos preocupamos.
Si ocurren allá abajo, en esas tierras del sur, estamos tranquilos… Solo cuando sus habitantes quieren llegar a nuestro mundo, nos preocupamos y les ponemos barreras.
A lo mejor es que me estoy volviendo un conspiranoico.
Pero me hace pensar todo esto.
Mi recuerdo para todas las gentes que se cruzaron en mi camino en esos viajes por su mundo.
Mi gratitud y reconocimiento por todo lo que me dieron y me enseñaron.
Ojala Dios les bendiga siempre.
Aunque nosotros nos olvidemos de que existen.
Que Dios nos siga bendiciendo a todos.

Feliz semana.
Miguel Blanco.


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