Dignidad

Ya se comienza a sentir la locura de la Navidad en nuestras calles.

Las modernas catedrales, esos templos al consumo, los grandes almacenes, están atestados de fieles que han de cumplir con los ritos de la Navidad.

¿No entiendo cómo nos volvemos tan locos en estas fechas?

Las luces que anuncian… ¿el qué?... ya comienzan a encenderse en nuestras ciudades… y la ciudad se engalana para la fiesta.

¿Qué fiesta? ¿Qué celebramos?

Ya ni nos acordamos …

Pero hay que cumplir los ritos, como si fueran los nuevos paradigmas sagrados. Los nuevos sacramentos… entre otros: pasar por caja… y ahí vamos todos, fieles cumplidores, a realizarlo.

Y por unos días nos olvidaremos de la crisis, de la falta de trabajo, de las guerras, de los líos en los que nos han metido…

Y eso, parece bueno.

¡A ver si nos salen unas cuantas sonrisas. Que falta hacen ¡

Por nuestra parte, el próximo lunes, iremos a la sede de “Mensajeros de la paz” a hacer entrega del dinero recaudado en el pasado “Congreso de Vida después de la Vida” de Albacete.

23.665.03 euros, producto de vuestra asistencia al congreso y al buen trabajo de Rafael Campillo y su equipo.

Se lo daremos al Padre Ángel, para que continúe su labor de ayuda a los más desfavorecidos.

Y como decía el Papa Francisco, en estos días, hablando de la pobreza … no es caridad.. Sino DIGNIDAD….

Esto decía en estos días ante los poderosos de los alimentos:

El papa Francisco exigió una distribución más justa de la riqueza mundial para los pobres y hambrientos, diciendo a una conferencia sobre nutrición de Naciones Unidas que el acceso a la comida es un derecho humano básico que no debería estar sujeto a la especulación de los mercados ni a la búsqueda de beneficios.

"Pedimos dignidad, no caridad", dijo Francisco a la Organización para la Alimentación y la Agricultura de Naciones Unidas (FAO).

Dignidad….

Nos quedamos con eso, y con la satisfacción de la entrega de ese dinero al Padre Ángel.

Gracias a todos por ello.

Feliz semana…

Miguel Blanco.