sábado, 20 de diciembre de 2014

Fiestas sagradas


Comienza el invierno y con él las fiestas del “sol invicto”.
Del nacimiento de Jesús, el avatar de nuestro mundo.
Aunque ya sabemos y, está aceptado, que Jesús no nació en estas fechas. Que es todo un “reacondicionamiento de la celebración” para suplantar otras fiestas paganas.
Ya desde antiguo nos acostumbraron a “reacondicionar” los hechos, según convenían.
Y lo siguen haciendo… de todas las maneras y de todas las formas.
Los tiempos exigen un poco de conciencia. Tratar de buscar el significado real de los hechos para tratar de sacarles el máximo partido.
Como decía mi buen amigo Vicente Cassanya en su anuario astrológico, dentro de las fiestas sagradas: http://www.cassanya.com/articulos_ampliar.php?idArticulo=455

-Tradicionalmente diciembre es un mes muy significativo para la Astrología porque se produce el Solsticio de Invierno en el hemisferio norte (verano en el sur): el Sol, al entrar en el signo de Capricornio, llega al punto más bajo de su trayectoria para empezar a remontar. Con el Solsticio de Invierno (este año, el día 22, a las 06:31 horas de los relojes en España), llegamos al día más corto y la noche más larga. A partir de ahí, desde ese punto más bajo de su trayectoria, el Sol debe comenzar un camino de ascenso y también a dar más luz; ambas cosas símbolo de espiritualidad. Por eso a este punto zodiacal se le llama también la Puerta de los Dioses, y por eso la tradición hace nacer a Jesús en estas fechas, aunque eso sea una fábula, puesto que parece bastante comprobado que nació en marzo del año -7.
Por eso, estas fiestas deberían ser, antes que nada, una celebración para el espíritu. Los antiguos, que tenían mucho de sabios, imitaban a los astros, así es como captaban sus energías, así es como funcionaba la magia, por imitación. Sabían que ese punto mágico alcanzado por el Sol cada año representaba el momento en el que ellos tenían que replegarse, invertir las cosas para empezar de nuevo.



De ahí que, antes de reunirnos con los demás, de celebrar en compañía, de salir a disfrutar, debamos reunirnos con nosotros mismos, recogernos, hacer introspección para ver nuestros puntos oscuros, que deberían empezar a quedarse ahí, a quedar relegados o superados –igual que el Sol abandona la oscuridad o el punto más bajo de su trayectoria- para empezar un camino de ascenso, ser mejores cada día y superarnos personalmente. Y eso se consigue con la reflexión; con el cuidado del cuerpo, del alma, de las emociones y de los pensamientos; con la frugalidad antes que con el exceso; con la paz interior antes que ahogarnos en el ruido que nos envuelve…-

Sabias palabras las de mi buen compañero de vida Vicente Cassanya.
“Somos polvo de estrellas”, nos decía en una entrevista y, hemos de reconectarnos con esa esencia del universo.
Para eso deberían de servir estas fiestas.
En vez de ahogarnos con el ruido, las comilonas, las compras y las prisas.
Nos quieren “reacondicionar” y por eso montan todo éste lío.
Y como a mí no me gusta, escapo y me voy a algún lugar donde no haya tanto ruido, tantas luces ni tanto follón.

Felices fiestas sagradas. Feliz invierno y, que la luz del nuevo sol que renace, nos ilumine a todos las conciencias.
Miguel Blanco.


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